domingo, 6 de septiembre de 2009

Domingo

Hoy me siento rara. As in, hoy es muy domingo y te extraño porque re da para cucharita y/o pelis y/o este mate compartirlo. Pero al mismo tiempo la libertad dominguera de todoeldíaparamí, la parte buena del domingo, es más grande cuando estás sola. Es todoeldía para mí y mis pensamientos, para mí y mis cositas, y eso se siente mucho más eufórico, con más sentido, con más importancia, que todoeldíaparadescansarydisfrutar, aunque sea con mimos. Esa euforia te confunde, claro, porque el sentido de "mis cositas" y "mis pensamientos" tiende a desvanecerse con la parte buena del domingo, a medida que empieza a caer el sol. Un día así amanece lleno de opciones y, al atardecer, rarely measures up to ese domingo ideal que tenías en la cabeza.

Es que queremos disfrutar a la fuerza, dice D. H. Lawrence en El amante de Lady Chatterly:
"¡Y la gente! La gente era toda igual, con muy poca diferencia. Todos querían disfrutar a la fuerza, como si quisieran sacar sangre de una piedra. (...) ¡Pobre paisaje! Lo exprimían y exprimían todo una y otra vez, para que produjese diversión. ¿Qué pretendía la gente con su franca determinación de disfrutar?"

Este fragmento tan genial lo saqué de un fotolibro/colección de postales/cajita mágica que me encontré (¿se encontró conmigo?) muy de casualidad un día bizarro en una librería indie de San Telmo. Se llama "Domingo" y según dice fue un proyecto de un taller de Daniel Merle. Amo esta cajita de fotos y reflexiones domingueras muy porteñas. Captura la esencia del domingo, sus bellezas, sus angustias. Y tenía ese delicioso anonimato de casi no tener datos de quiénes hicieron esto, los que entienden mis ansiedades domingueras tan bien (un poco lo que me pasa con TP, ¿de dónde salió esta gente que entiende mis ansiedades políticas tan bien, y después me las explica?). Digo "tenía", porque lo del anonimato se perdió cuando googleé para linkearlos acá. Así que ahí tienen, menos mágico pero mucho más compartible.
Entonces, eso. Es domingo y me siento rara, es domingo y me gusta, es domingo pero quería más. Es domingo y te extraño. Y eso tampoco es casualidad, porque como bien rescata mi cajita mágica, en un momento tal vez über-trágico pero que algunos días se siente tal cual:
"La única función del amor es ayudarnos a soportar las veladas dominicales, crueles e inconmesurables, que nos hieren para el resto de la semana y para la eternidad" Roger Martin Du Gard

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