Hoy me siento rara. As in, hoy es muy domingo y te extraño porque re da para cucharita y/o pelis y/o este mate compartirlo. Pero al mismo tiempo la libertad dominguera de todoeldíaparamí, la parte buena del domingo, es más grande cuando estás sola. Es todoeldía para mí y mis pensamientos, para mí y mis cositas, y eso se siente mucho más eufórico, con más sentido, con más importancia, que todoeldíaparadescansarydisfrutar, aunque sea con mimos. Esa euforia te confunde, claro, porque el sentido de "mis cositas" y "mis pensamientos" tiende a desvanecerse con la parte buena del domingo, a medida que empieza a caer el sol. Un día así amanece lleno de opciones y, al atardecer, rarely measures up to ese domingo ideal que tenías en la cabeza.
"¡Y la gente! La gente era toda igual, con muy poca diferencia. Todos querían disfrutar a la fuerza, como si quisieran sacar sangre de una piedra. (...) ¡Pobre paisaje! Lo exprimían y exprimían todo una y otra vez, para que produjese diversión. ¿Qué pretendía la gente con su franca determinación de disfrutar?"

"La única función del amor es ayudarnos a soportar las veladas dominicales, crueles e inconmesurables, que nos hieren para el resto de la semana y para la eternidad" Roger Martin Du Gard
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